Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: ORO, INCIENSO Y MIRRA.
Siempre hemos pensado que los Reyes Magos fueron tres. Que vinieron de Oriente para dar regalos al niño, así cuentan las leyendas antiguas, pero y si existió otro?, y si se olvidaron de el?. Hay noticias fundadas de esta teoría, aquí.
Todo hace pensar que existió realmente este cuarto Rey Mago.
Pero por que nunca supimos de el?, a quien interesaba esconder su historia? a USA seguro, aunque aun no lo sabia en aquel momento.
El Zigurat de Borsippa, con sus altos muros y siete pisos,
era el punto de encuentro de los cuatro reyes e
inicio de la travesía conjunta. Hacia allí acudía Artabán,
con un diamante protector de la isla de Méroe,
un pedazo de jaspe de Chipre, y un fulgurante rubí
de las Sirtes como triple ofrenda al Niño Dios,
cuando topó en su camino un viejo moribundo
y desahuciado por bandidos:
interrumpió el rey su viaje, curó sus heridas
y le ofreció el diamante al viejo como capital para proseguir el camino.
Llegado a Borsippa,
sus compañeros de viaje habían partido.
Continuó en soledad en pos de su destino,
pero arribado a Judea, no encontró ni a los Reyes ni al Redentor,
sino hordas de soldados de Herodes degollando a recién nacidos:
a uno de ellos, que con una mano sostenía a un niño
y en la otra blandía afilada espada,
ofrece el rubí destinado al Hijo de Dios
a cambio de la vida del niño.
En esta actitud es sorprendido: es apresado
y encerrado bajo llave en el palacio de Jerusalén.
Treinta años duró el cautiverio, y fueron llegando ecos de los prodigios,
consejos y promesas de un Mesías que no era sino
el Rey de Reyes al que fue a adorar.
Con la absolución y errando por las calles de Jerusalén,
se anunció la crucifixión de Jesucristo;
encamina sus pasos al Gólgota para ofrecer
la adoración largamente postergada,
cuando repara en un mercado en el que una hija es subastada
para liquidar las deudas su padre. Artabán se apiada de ella,
compra su libertad con el pedazo de jaspe,
la última ofrenda que le quedaba es ofrecida
y Jesucristo muere en la Cruz: tiembla la tierra, se abren los sepulcros,
los muertos resucitan, se rasga el velo del templo
y caen los muros.
Una piedra golpea a Artabán y entre la inconsciencia y la ensoñación,
se presenta una figura que le dice:
“Tuve hambre y me diste de comer,
tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste,
estuve enfermo y me curaste,
me hicieron prisionero y me liberaste”.
Desorientado y exhausto pregunta: “¿Cuándo hice yo esas cosas?”,
y con la misma expiración recibe la respuesta:
“Lo que hiciste por tus hermanos, lo hiciste por mí”.
Con él se elevó a los mismos cielos
que en su juventud le guiaron
en pos del Destino finalmente alcanzado.
Este año y en su honor, pienso dejarle a este cuarto Rey Mago leche y galletas. Hombre, el pobre. Con lo que hizo y no lo recuerda nadie. Va por TI.
1 comentario:
pa haberse matao el pobre Artalán.
menos mal que ese no se encarga de llevar los regalos a los niños porque seguro que todas las noches de reyes le surgía una urgencia y nos dejaba colgados :)
Ya queda pocooooooooooo
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